En la poderosa era de la información, todo circula a alta velocidad en la vía global de Internet. Sin embargo, los motores de la democracia mexicana transitan con rezago. El proceso electoral 2014-2015 se desarrollará con modelos obsoletos de la relación Estado-sociedad, a partir de los cuales iniciará la próxima carrera presidencial. En materia electoral, buena parte del potencial de la red se evapora desperdiciando valiosísimas oportunidades de avance democrático.
Experiencias como la compartida por la politóloga Pia Mancini, con la reciente creación del Partido de la Red, en la ciudad de Buenos Aires, son dignas de analizar. Ante la indisposición y apatía de los partidos políticos para cambiar sus autoritarias formas de tomar decisiones, esta politóloga de democracia en red y un grupo de colaboradores construyeron una interesante propuesta. Decidieron no seguir siendo simplemente receptores pasivos del monólogo político y generaron una plataforma web de código abierto llamada DemocracyOS, para servir de puente entre ciudadanos y autoridades electas, haciendo más fácil la participación desde la vida cotidiana. Los ciudadanos pueden informarse porque cada nuevo proyecto legislativo del Congreso es traducido y explicado inmediatamente en lenguaje sencillo en esa plataforma. El cambio social no va a ser el resultado sólo de tener más información, sino de hacer algo estratégico con ella. Es inadmisible que las posibilidades de participación política se limiten exclusivamente a unos cuantos o, peor aún, que el ciudadano promedio sólo cuente con las urnas para expresarse y con los partidos políticos -de nula credibilidad- para representarse. La experiencia del Partido de la Red es reveladora: los desafíos no son tecnológicos, sino culturales.
En México los partidos políticos tampoco quieren cambiar la forma en que toman sus decisiones. Saben que las nuevas opciones, como las candidaturas independientes, son legalmente posibles, pero materialmente improbables para ciudadanos sin partido, debido a los asfixiantes requisitos. Sólo el hecho de que independientes ganen en las urnas podrá legitimar a la ley electoral.
¿Qué es entonces la democracia en la era de Internet? Según Mancini, la democracia debe practicarse a diario, e Internet aporta mucho. Considera que sí es posible transformar el sistema político, no con subversión o destrucción, sino rediseñándolo con herramientas de Internet, hackeando el sistema político. En Argentina, comprendieron que si querían volverse parte de la conversación y tener un puesto en la escena política, necesitaban volverse actores válidos, y la única forma de hacerlo era jugando con las reglas del sistema.
INTERNET: DERECHO HUMANO
La Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el acceso a Internet como un derecho humano. Acceso y enseñanza del uso de Internet son derechos fundamentales de todos, sin excepción.
El sistema político mexicano ya no representa ni tiene capacidad efectiva de diálogo. Los ciudadanos empiezan cada vez más a representarse a sí mismos para solucionar sus necesidades, sabedores de que ya no basta con sólo tomar las calles para ser escuchados. El fenómeno de las intercomunicaciones es incierto, pero el avance democrático desde la gobernanza nadie lo puede detener. ¿Y si formamos el Partido de la Red en México?