En muchos sentidos México desea que termine rápidamente el 2014. No es para menos. Demasiadas experiencias de diversa intensidad, duras lecciones y realidades lacerantes en menos de un año.
El optimismo, ahogado por hechos terribles, hizo flotar desde las cañerías a los verdaderos retos. Tal lodazal hizo evidentes los desafíos más apremiantes de los mexicanos.
Estamos en un momento crucial del sexenio, lleno de asuntos pendientes y de urgente resolución. Las 12 campanadas que anuncian el 2015 podrían sentirse más como martillazos de dolor y eco prolongado.
Retumbarán conceptos que, para algunos, tienen alta dosis de idealismo: a ellos, los martillazos; pero para otros, tendrán vitalidad motivadora: a éstos, las campanadas.
- Credibilidad de la clase gobernante.- La gente no cree en sus gobernantes; ésos que no tienen legitimidad alguna para ejercer políticas públicas. Sus acciones son para el bienestar de la gente, o no son nada.
- Combate a la corrupción.- Ya no queda tiempo. Las leyes anticorrupción son una farsa. No habrá efectiva ejemplaridad a escala nacional, si no se somete y condena enérgicamente a muchos corruptos.
- Transparencia.- Basta de hacer todo en lo oscurito. El sistema nacional de transparencia debe lograr la total rendición de cuentas de las autoridades, sin excepciones.
- Justicia y cero impunidad.- La justicia es una realidad, o no es nada. Las simulaciones desbordan el orbe nacional. Políticos, líderes sociales y empresarios no son ejemplo de justicia. La ley, más que torcida, está quebrada: cada quien hace lo que quiere, como lo quiere y cuando quiere.
- Seguridad.- Criminalidad rampante, desapariciones, ejecuciones, secuestros y muchos delitos más pondrán a prueba al Consejo Nacional de Seguridad Pública y la conformación de 32 policías estatales. No digan que será cuestión de decenas de años para mejorar.
- Elecciones justas.- Basta de que sólo cambien de silla gobernadores, legisladores y alcaldes. Los próximos comicios son una oportunidad para que cambie y mejore el país, democráticamente.
- Partidos políticos.- La ciudadanía no cree en ellos. Tales partidos nada lograrán, de continuar privilegiando sólo sus intereses individuales. La confianza ciudadana únicamente la conseguirán si se comprometen con México y actúan en consecuencia.
- Gobernanza.- Enormes logros habrá si reforzamos y mejoramos las relaciones entre gobierno y sociedad, a través de acciones sociales colaborativas. Enhorabuena por el gobierno que gobierne con la sociedad.
- Capital en serio.- La reforma política del Distrito Federal no puede postergarse más. La CDMX exige igualdades en su participación ciudadana, congruencia en su autonomía y merecida capitalidad.
- Derechos humanos.- La dignidad humana debe ser defendida con decisión y valentía. Que no les tiemble la mano a las comisiones cuya función es hacerla respetar.
- Protección al entorno.- Al máximo nivel. El planeta nos envuelve, protege y dota de recursos, siendo Él el centro de nuestra existencia.
- Educación.- La mala calidad de la educación es un hecho notorio. Requerimos mucho más que una reforma educativa con un cuestionable cumplimiento. Fernando Savater afirma: “Es verdad que la buena educación es cara, pero los países pagan más caro la mala educación”.