La política mexicana necesita una urgente restauración integral. Sin importar los colores partidistas ni la supuesta ideología, los partidos políticos más influyentes, al menos los cinco que concentraron más de 76% de la votación en las pasadas elecciones 2015, enfrentan un desafío común: la necesidad de integrar militantes y candidatos preparados, con propuestas novedosas para atender las demandas esenciales en favor de la gente.

Pese a que la formación de nuevos cuadros ha sido uno de los talones de Aquiles en la política, es justo reconocer que se vislumbran arribos promisorios. Ahí están, sólo por mencionar algunos, dos de los aspirantes a dirigir el PRD, Armando Ríos Piter y Fernando Belaunzarán; en el PAN, el candidato puntero a la presidencia del partido, Ricardo Anaya y, por el PRI, el jefe de la Oficina de la Presidencia, Aurelio Nuño. También, pero por la vía de los independientes, el joven de 25 años Pedro Kumamoto, primer diputado independiente en Jalisco.

En uno de los partidos duramente controvertido por su activismo, el Verde Ecologista de México, destaca un político que logra visibilidad a través de dos lupas: como yerno —y presunto merecedor del apoyo y consejo— de quien se perfila como el hombre más poderoso del también más poderoso partido, el PRI, Manlio Fabio Beltrones y, como aquélla que lo proyecta como un joven con talentos sometidos a prueba; hablamos de Pablo Escudero, líder que se ha ganado un lugar en la política y lo ha hecho con méritos propios. Como él mismo ha argumentado, llevaba recorrida buena parte de su trayectoria profesional cuando conoció a su esposa Sylvana Beltrones. “Esas cosas ya no me afectan”, aseguró en una entrevista publicada en la revista Gatopardo. Es cierto, cuando se integró a la influyente familia política, Escudero ya había desempeñado cargos relevantes en el IMSS, la entonces Secretaría de la Contraloría y la Comisión Nacional de Derechos Humanos, donde escribió un libro sobre transparencia y rendición de cuentas, temas que ha convertido en una vocación oportuna para la vida nacional.

En el ámbito parlamentario, como diputado, Pablo Escudero participó en la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación y, como actual senador de la República, escaño que alcanzó con 1 millón 125,000 votos, preside la Comisión Anticorrupción y de Participación Ciudadana. Entre otros proyectos, ha promovido que los senadores rindan informes anuales; la limitación del fuero militar en delitos cometidos por miembros de las Fuerzas Armadas; reformas a la Ley del Infonavit y, más recientemente, su iniciativa de ley federal de transparencia. Ahora se prepara para cerrar, al menos temporalmente, su ciclo legislativo, y no oculta su pretensión de buscar la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal.

FIEL ESCUDERO

Egresado de la maestría en Administración Pública en España, ha hecho honor a su apellido pero no, como muchos creen, al servicio de sus vínculos familiares, sino de sus propios principios e ideales. Así lo confirmará en los siguientes años, demostrando que no será la cuña incómoda del poderoso aspirante a la Presidencia.