Izquierda inteligente. Tres mensajes contundentes reforzó Miguel Ángel Mancera al rendir su primer informe, a 100 días al frente del gobierno de la ciudad de México.
El primero, interno, lo dirigió esencialmente a la izquierda que lo acompaña en el ejercicio de gobierno.
La llamó a moverse con libertad, “sin dueños”, lo que significa desterrar liderazgos anquilosados para desplegar una fuerza política inteligente y progresista en favor de la ciudad.
Con la ausencia de Marcelo Ebrard y Andrés Manuel López Obrador, pero frente a Cuauhtémoc Cárdenas, Jesús Zambrano, René Bejarano y otros dirigentes políticos, el Jefe de Gobierno se pronunció por una izquierda “propositiva” y abierta al debate.
Gobierno y clase política no tienen opción de alejarse de la sociedad, deslizó.
En realidad definió una izquierda independiente -para gobernar a su lado-, pero sin ataduras para no convertir al movimiento en lastre. Y pidió a esa izquierda asumir una convicción progresista, sin distingos, por el bienestar de todas y todos los capitalinos.
Diálogo para mejorar
En el segundo mensaje -dirigido a la sociedad-, el Mandatario local ratificó su convicción de ejercer un gobierno que privilegie el diálogo con todos los actores políticos y sociales, sin diferencias ni distinciones, y por igual con autoridades locales, estatales y federales.
Mancera se desmarcó de sus antecesores pero, a diferencia de ellos, ratificó la ruta de la cercanía y el acuerdo como constantes para avanzar en su prioridad: el bienestar de los gobernados. Cero pleitos y evitar las distancias insanas.
Pero, ojo, pidió no confundirse, porque sí hay rumbo y claridad entre los valores políticos y las responsabilidades institucionales
Para los buenos entendedores, diálogo abierto no significa sumisión ni imposición de nadie, sean autoridades o poderes fácticos, menos aún si se pretendiera atentar en contra de los habitantes de la ciudad de México.
La prioridad: los gobernados
Lanzó un tercer mensaje a los ciudadanos: el reto es responder exclusivamente a los intereses de los gobernados, de quienes emana su mandato, porque ni quiere parecerse a nadie ni va a gobernar con estilo ajeno.
Para el Jefe de Gobierno parece imprescindible construir formas sinérgicas de deliberación, interacción y asociación público-privado, gubernamental-social, con el fin de conjuntar sanos liderazgos, incursionar en mercados innovadores y construir capital social y redes sociales.
Eso sí, lo importante, destacó, es lograr una respuesta cada vez más rápida y oportuna a las demandas de la sociedad, sin ambiciones personales o partidistas.
Con frases diversas, atajó las comparaciones y pintó su raya de quienes pretenden usarlo como rehén para mantener viejos esquemas de cuotas, prebendas o manejos políticos, pues está dedicado a gobernar con congruencia y para el bien común.
El de Mancera es un gobierno con rumbo y cuyo diálogo permanente con los actores políticos está muy cerca de fructificar y materializarse en la anhelada reforma política de la ciudad de México para beneficio de sus habitantes, un trabajo en común. Al tiempo.
EL ADELANTO
Nos tomaremos un café con dirigentes del PRD.
Carlos Requena
El Economista
https://eleconomista.com.mx/columnas/columna-especial-politica/2013/03/17/estilo-mancera