La reforma electoral diseñó llaves y combinaciones para abrir múltiples puertas y estamos a punto de ver lo que hay del otro lado de ellas

La jornada de votación que vivimos no es el final del episodio electoral. Con todo y los ágiles datos del PREP, por el momento ni siquiera podemos saber, bien a bien, a quiénes hemos elegido como gobernantes. Aquellos que crean que pueden lanzar un suspiro de alivio por la conclusión de sus campañas, escasas de propuestas y manchadas de agresión, que esperen a ver lo que sigue.

Será breve el descanso de spots belicosos y desgastados. Lo opacará un nublado panorama de partidos políticos despojados de registro, denuncias por actos anticipados y gastos injustificados; perdedores que no aceptan su derrota, impugnaciones y partidos severamente castigados por el avance de candidatos independientes, el abstencionismo y el voto nulo.

La reforma electoral diseñó llaves y combinaciones para abrir múltiples puertas y estamos a punto de ver lo que hay del otro lado de ellas. De las otras primicias que ya entraron a escena, como la creación del INE y sus nuevas facultades locales y de acceso a medios, conoceremos el peso específico de la introducción de la figura de candidato independiente, el impacto de la nueva Ley General de Partidos Políticos y los alcances de la fiscalización de gastos de campaña que, pese a haber iniciado en forma paralela a las campañas, dejará ver sus consecuencias más drásticas, incluyendo la posibilidad de nulidad por rebase de 5% del tope de gasto o por el uso de recursos públicos o de procedencia ilícita. El consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, debe legitimar su advertencia al decir: “Por primera vez, un descuido administrativo en las campañas puede tener consecuencias políticas de gran alcance”.

En estos días también veremos si los más de 18,000 millones de pesos que costaron estos comicios intermedios pagaron la eficiencia esperada y, por encima de todo, constataremos si con todo lo aplicado se alcanzó el objetivo deseado de este proceso electoral: la credibilidad institucional.

Difícil saberlo cuando se anticipa que algunos resultados terminarán dirimiéndose litigiosamente en tribunales. El fiscal especial para delitos electorales, Santiago Nieto, el magistrado presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Trife), Constancio Carrasco, y los responsables de los tribunales electorales locales tendrán una tarea titánica. Antes de las elecciones en el Trife se había roto el récord de impugnaciones con más de 14,000 casos, ocho veces más que en la pasada intermedia. Y como lo adelantó el magistrado Flavio Galván en una sesión de la sala superior del Tribunal, previa a la votación, “ninguno de los partidos ha cumplido toda la normativa constitucional, legal, reglamentaria, estatutaria y convencional que rige el procedimiento electoral”.

COSMÉTICA

Todo proceso electoral es una prueba de gobernanza. La actitud y acciones de los ciudadanos, candidatos, gobiernos, autoridades independientes y partidos políticos definirán la tendencia de nuestra democracia cosmética. En la calificación final influirá nuestra capacidad para adaptarnos a nuevas leyes y a nuevas formas de interrelación, pero el factor preponderante seguirá siendo la narrativa oficial de querer cambiar todo para que todo siga igual.