Educar para emprender

¿Quién no ha visto la comercialización improvisada infantil de limonadas o galletas en verano? Este tipo de expresiones en algunas personas, desde su niñez, conforman el impulso del emprendedurismo, el cual tiene alcances extraordinarios. Este concepto provoca discusión gramatical como sinónimo de emprendimiento, emprendurismo o emprendeduría, pero lo importante es que alude al espíritu emprendedor o cultura emprendedora.

Se denomina emprendedores a aquellas personas que identifican oportunidades de negocio, recopilan con ingenio y organizan eficazmente los recursos necesarios para concretar actividades empresariales y generar desarrollo, productividad, riqueza o bienestar. Su progreso, en cualquier sentido, entraña decisión, pasión, inventiva e iniciativa para realizar acciones que suelen ser difíciles o entrañan riesgos.

En México la educación oficial y tradicional están basadas en la memorización, el estudio de teorías, fechas y fórmulas que otros han establecido, sin inculcar en los alumnos la capacidad creativa, imaginativa o generadora de ideas. México educa a sus niños y jóvenes para obtener futuros empleos, pero no para generar sus propias fuentes legítimas de ingreso. Son escasas las escuelas que impulsan el brío emprendedor, a pesar de que las más sorprendentes historias de éxito empresarial contemporáneas provienen de iniciativas juveniles. Ahí están Bill Gates, Steve Jobs o Mark Zuckerberg como ejemplos emblemáticos.

No todas las personas están destinadas a ser emprendedoras, pero todo emprendedor sí debería estar destinado a adquirir, desarrollarse o destacar en ambientes de emprendedurismo dinámicos. Actualmente, la carrera empresarial presenta múltiples obstáculos, tantos que a unos desincentivan, frustran, y a otros los orillan hacia caminos inconvenientes como la informalidad. A esta terrible y contrastante realidad parece responder el presidente Enrique Peña Nieto con la creación del Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem) que dirige Enrique Jacob, quien tiene entre sus objetivos concretar el programa Mi Primer Crédito para otorgar apoyos hasta por 150,000 pesos a jóvenes de entre 18 a 30 años que deseen iniciar o desarrollar sus propios negocios.

El Inadem, cobijado por la Secretaría de Economía que encabeza Ildefonso Guajardo, jugará un importante papel en el impulso a los emprendedores mexicanos y en la generación de riqueza. Aparenta ser un instrumento propicio para fomentar la cultura emprendedora de los negocios formales.

OMBUDSMAN EMPRENDEDOR

Reconocer que los emprendedores requieren apoyos es solamente el inicio. Si queremos resultados reales es indispensable abrir alternativas viables, reglas claras, criterios eficaces, transparencia presupuestal y equidad en los procesos. No resulta descabellada la propuesta de contar con un ombudsman de los emprendedores que vigile que la “justicia cotidiana” no sea relegada por los aparatos burocráticos y las telarañas de trámites gubernamentales que frenan los avances productivos.

Bienvenido el defensor de las más de 5 millones de mipymes (micro, pequeñas y medianas empresas) que representan más de 99% de los negocios en México, generadoras de más de la mitad del PIB nacional, por ser las más vulnerables. Las estadísticas muestran que ocho de cada 10 pymes no sobrevive más de dos años. El Inadem y los nuevos programas anunciados están obligados a revertir las frustraciones para lograr que el emprendedurismo sea una verdadera cultura nacional.