Todos hemos pensado alguna vez en viajar en el tiempo, pero algunos tienen sus energías y anhelos en un viaje mental hacia el futuro de las elecciones presidenciales del 2018 en México. Aspirantes a candidatos trabajan incansablemente con voluntades, estrategias, aptitudes y escenarios para conquistar la codiciada Silla Presidencial.
En la coyuntura actual, que pronto nos develará la identidad de los candidatos a presidente de la República, la mirada ciudadana no solo puede detenerse en los personajes más visibles del poder o en aquellos que hoy levantan la mano para reemplazar a inquilino de los Pinos. Sería una lamentable miopía política.
Lo conveniente es ampliar la mirada y revaluar una posición que poco se ve, pero se siente mucho en los escenarios del poder: el secretario particular o jefe de la oficina. Los quehaceres de estas posiciones del círculo íntimo de los políticos han ido variando según las circunstancias y los desafíos. Referencias obligadas son los casos de influyentes asesores como Emilio Gamboa, recordado por su habilidad para controlar el acceso al entonces presidente Miguel de la Madrid y transmitir sus órdenes; José Córdoba Montoya, poderoso jefe de la Oficina del expresidente Carlos Salinas de Gortari, recordado por sus estrategias de inteligencia, o Liébano Sáenz, secretario particular de Ernesto Zedillo como garante de los mecanismos democráticos para la alternancia. Incluso Aurelio Nuño, quien, al inicio de este sexenio -hoy secretario de Educación Pública-, fue clave en el Pacto por México.
En sintonía con los nuevos tiempos, quienes aspiren a entrar en la contienda del 2018, ya deben estar pensando muy seriamente en el equipo que deberá acompañarlos en su cruzada político-electoral. Es necesario ir identificando las mujeres y hombres que controlarán las agendas, asesorarán o coordinarán los tiempos y movimientos de quienes aparecerán en la boleta electoral el próximo año.
Ahí están Luis Serna, secretario particular del Jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera; Eduardo del Río, particular del Secretario de Hacienda José Antonio Meade; Mercedes Aguilar, la exsecretaria particular de Rafael Moreno Valle y actualmente diputada federal; Alejandro Sánchez Pérez actual secretario particular del Secretario de Gobernación Miguel Angel Osorio Chong, entre otros.
SIN DISPERSIÓN NI DISTRACCIONES
Además de experimentados y eficientes, estos modernos “brazos derechos” deben demostrar su capacidad en todo momento para encarar los desafíos de sus jefes ante múltiples realidades inéditas como la eventual construcción de coaliciones de gobierno, o coaliciones contra el gobierno. Asimismo, deberán neutralizar, absorber y soportar presiones de todo tipo, acopiar y digerir enorme cúmulo de información, mantenerse permanentemente conectados generando información para apoyar la toma de decisiones, y protegerse contra malwares, espionajes y pegasus por doquier.
Esta generación de secretarios particulares, asesores o jefes de oficina está llamada a mostrar un perfil renovado y de máxima eficiencia, lo mismo para coordinar un gabinete que para abrir cauces a proyectos de campaña, impulsar diálogos o una mejor relación con el Congreso y el Poder Judicial; mucho más que un simple control del picaporte.
Tendríamos que prestarles más atención porque mucho de lo que veremos en el futuro 2018 seguramente llevará el sello de estos inadvertidos súper asesores.
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