Historia en mangas de camisa

Que un enorme contingente de estudiantes se movilice para exigir atención a su pliego de peticiones relacionadas con su casa de estudios no es novedad. Que lo haga de forma ordenada y organizada y logre la aceptación de todas sus demandas sí lo es.

Que un alto servidor público atienda personalmente a una comisión representativa de un grupo de manifestantes no es una primicia. Que los reciba convirtiendo a la propia calle en una multitudinaria sala de juntas de la Secretaría de Gobernación para dialogar de frente y en presencia de todos los participantes sí lo es.

Que la sede de Gobernación del gobierno federal sea destino de marchas y plantones de toda índole es normal. Que la autoridad política más alta en el país después del Presidente salga a la calle y despache en mangas de camisa para atender, de cara a miles de estudiantes y ante los ojos de toda la nación, un conflicto que no debió haber salido de las aulas ni del ámbito educativo definitivamente es extraordinario.

En un país donde las protestas sociales han venido subiendo de tono, con escenarios violentos de un lado, ojos ciegos y oídos sordos del otro, la actitud para llegar a acuerdos y privilegiar verdaderamente el diálogo consiguió un espacio e hizo historia. La claridad del pliego petitorio de los estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN), con demandas como la cancelación y replanteamiento de planes de estudio, salida de porros, aumento del presupuesto federal, destitución de la directora Yoloxóchitl Bustamante, realización de auditorías a las finanzas institucionales, democratización del proceso de elección de un nuevo director o directora, salida de la policía bancaria e industrial, cese de pensiones vitalicias de ex directores del IPN, entre otras, contrasta gravemente con la opacidad de quienes permitieron que tales inquietudes tomaran el cauce de Gobernación ante la ausencia de la Secretaría de Educación Pública, encabezada por Emilio Chuayffet.

Más allá de la legitimidad de las causas y de la resolución de las demandas, conviene valorar que, hasta este momento: “La actitud sí está haciendo una enorme diferencia”. Voluntad, diálogo y sensatez convierten a este movimiento en un suceso inédito, donde la profecía del secretario Miguel Ángel Osorio Chong de que la movilización podría tener “como nunca en la historia del país una respuesta inmediata”, se cumplió. La Segob consolida acuerdos y acciones políticas, demostrando que su equipo sí está coordinado; la presencia del subsecretario Luis Miranda lo confirma.

TRANSPARENCIA

Mientras el Congreso de la Unión analiza las propuestas del IFAI para reformar las leyes secundarias en materia de transparencia, acceso a la información y protección de datos, los sectores judicial y académico dan ejemplo de vanguardia. El magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, Edgar Elías Azar, presentó el Manual sobre Justicia del Derecho de Acceso a la Información para Jueces y Juezas de Latinoamérica. Esta aportación será referente regional y fomentará una nueva cultura jurídica con base en los criterios de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y la jurisprudencia de diversos países. Enhorabuena.