Fomentar un ambiente propicio, transparente y viable para atraer inversiones, generar negocios y promover sociedades con reglas jurídicas claras, es condición indispensable para impulsar el desarrollo económico nacional.
Ese parece ser el rumbo de los acuerdos de cooperación institucional suscritos recientemente por el Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera y el secretario de Economía federal, Ildefonso Guajardo, denominados: Convenios de Coordinación para el Desarrollo de la Competitividad de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa y en materia de Mejora Regulatoria.
Mancera ha marcado la necesidad de impulsar el desarrollo de la economía de la ciudad de México, a través de la generación de empleos, la sana competitividad, innovación y aprovechamiento de tecnologías.
Con base en los convenios firmados, ambas instancias gubernamentales asumen el compromiso de sentar las bases para lograr una nueva ley de desarrollo económico, cuyo contenido final es ahora responsabilidad de la Asamblea Legislativa, obligada a legislar un instrumento de vanguardia, para impulsar y fomentar la competitividad con equidad.
Otra intención del gobierno local y federal es transparentar y reducir la regulación para fomentar las pymes. Simplificar y agilizar los trámites para la apertura y ordenamiento de negocios y comercios en la capital del país, para abatir el desempleo general. En concordancia con este esquema de impulso económico, se otorga un periodo de gracia de 180 días para que nuevos negocios y los que operan en condiciones irregulares, registren sus actividades en el marco de la legalidad, pues es indispensable abatir el complejo fenómeno de la informalidad para sanear la productividad nacional. Parte medular de este estratégico esquema es la oferta de apoyar con un fondo inicial de 500 millones de pesos a la micro, pequeña y mediana empresa capitalina.
El DF es la entidad con el más alto IDH y una de las que más aportan al PIB nacional. De su población, 10% concentra más de 90% de la riqueza producida, por lo que es importante que siga siendo promotor económico y vanguardia del desarrollo social.
En la ciudad de México se alinean la tendencia mundial, la voluntad gubernamental y la lógica empresarial, para generar condiciones más favorables en torno a la actividad económica, abatiendo tramitologías y sembrando capital semilla para apoyar a los emprendedores: una fórmula para reactivar productividad e impulsar mejores condiciones de ingreso y elevar la calidad de vida.
México, de la mano de la ciudad capital, debe posicionarse como referente de prosperidad económica para Latinoamérica. Esta transformación de la economía de la ciudad debe ser con equidad, con proyectos empresariales que contengan un enfoque social que permita detonar el crecimiento y, simultáneamente, fortalecer el tejido social. La respuesta a la actual crisis parece encaminarse hacia una reinstitucionalización moderna y progresista. El reto es superar los oscuros intereses políticos al discutir la propuesta de ley económica para la ciudad, y poner a disposición de los emprendedores los recursos y las facilidades regulatorias, por encima de intereses de grupo y manipulaciones partidistas.
Carlos Requena
Derecho Reservado – El Economista
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