El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no sólo en las próximas elecciones.
Winston Churchill
La democracia no ha sido capaz de resolver los enormes problemas nacionales, y no lo ha hecho porque lejos de ser una lámpara mágica, sus alcances dependen de gobernantes que no pocas veces son incompetentes y poco comprometidos. Resulta absurdo que al manzano de la improvisación le pidamos las jugosas manzanas de la eficiencia.
La clase política mexicana ha perdido el rumbo y quizá su peor extravío fue haber construido un sistema cimentado en el abuso del poder, la ambición indisciplinada y la lealtad malentendida; esos políticos que conciben a los ciudadanos no para servirlos, sino para servirse de ellos, considerándolos como instrumentos o enemigos.
Para esta segunda década del siglo XXI, los ciudadanos exigen caras nuevas, propuestas viables y perfiles congruentes. Los buscan en partidos políticos, en candidaturas independientes, en liderazgos mediáticos y hasta en ambientes deportivos o artísticos. A falta de cantera, donde se pueda.
Pese al antiguo legado del Calmecac que iluminaba a los aspirantes a sacerdotes, guerreros y gobernantes a través de ciencias, habilidades de gobierno, disciplina y valores morales, en México el servicio público no exige una formación previa y especializada. Por ello celebro y aplaudo el reciente anuncio que hizo el rector general de la Universidad Panamericana UP-IPADE, José Antonio Lozano Díez, de abrir la Escuela de Gobierno y Políticas Públicas que estará a cargo de José González Morfín. Se instaurará la novedosa licenciatura de Gobierno, la cual se complementará con programas de posgrado; licenciatura donde por primera vez se estarán formando políticos desde la edad de 18 años.
Los alumnos de esta carrera universitaria compaginarán estudios completos de economía, derecho público, gestión y gobernanza con herramientas técnicas y prácticas en instancias gubernamentales y habilidades psicológicas que les permitan aprender a controlar el ejercicio del poder público. Todo con un enfoque integral, ético y humanista.
Hace casi medio siglo la misma UP, de la cual soy orgulloso egresado, emprendió un esfuerzo similar para responder al llamado para formar empresarios. Hoy, el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas (IPADE) ha cumplido su misión y es una de las 10 instituciones educativas más reconocidas del mundo. Ahora la Escuela de Gobierno UP se encamina a repetir la hazaña convocando a los futuros políticos de México.
SELLO DE GOBERNANZA
Enhorabuena por esta iniciativa universitaria cuya verdadera dimensión estaremos valorando en los próximos años, siendo desde ahora una promesa de excelencia para formar mujeres y hombres de Estado y de gobierno responsables, capaces y comprometidos a mantener sus manos limpias. Políticos a quienes la nación nada tenga que demandarles, ni siquiera polémicos conflictos de interés.
Es un proyecto universitario necesario y urgente para México, el mejor flanco para apoyar esfuerzos como el Sistema Nacional Anticorrupción y para enfrentar las demandas ciudadanas en un momento histórico en el que “corrupción, impunidad y desconfianza” amenazan el avance democrático y el deseable buen destino del país.