Un alentador repunte de la economía mundial en el corto plazo, en el marco de un vertiginoso tránsito hacia una nueva conformación de valores, es el pronóstico para el mundo del director general de Deusto Business School, Manuel Escudero.
Asesor especial del Pacto Mundial de Naciones Unidas (UNGC) y doctor por la London School of Economics, Escudero es fundador de los principios rectores para la Educación Responsable en Management, una iniciativa apoyada por las Naciones Unidas, con 330 escuelas de negocios en el mundo.
Con una visión optimista, este estudioso del cambio social y experto en gobernanza, ofrece un alentador porvenir a partir de lo que llama: un nuevo paradigma mundial.
Afirma que de no producirse nuevos sobresaltos en EU, China o Europa, hacia mediados del 2014 se comenzará a generar empleo, revirtiendo la tendencia actual. Pero será hasta comienzos del 2015 cuando veremos una reducción significativa del desempleo. ¿Será ésta la misma opinión de Alfonso Navarrete Prida, secretario del Trabajo y Previsión Social?
Con el vertiginoso movimiento del siglo XXI —argumenta Escudero— empieza a evolucionar este nuevo paradigma que denomina “sostenibilidad global”, y lo plantea como un solo planeta; una humanidad sin exclusiones. Es un modelo apartado de conceptos como justicia social, pero sustentado en otros como lucha de clases, redistribución del ingreso y Estado benefactor.
Más que época de cambios, vivimos un cambio de época.
Tras grandes luchas políticas, militares, económicas y sociales, los valores surgen hoy porque la nueva realidad los exige. No vivimos una era de cambios, sino un cambio de época, propiciado por cuatro grandes tendencias.
La primera es la pérdida de poder del Estado-nación, porque se ha fragmentado ante problemas cuya solución sólo encuentra respuesta en la escala supranacional. Esto ha provocado que las empresas globales ganen poder. Y ejemplifica: el ciudadano, a través de las redes sociales, ha aumentado su poder deslegitimando a la política y a la economía; crea nuevos estados colectivos de conciencia y se moviliza masivamente.
También pone de manifiesto la urgencia de gestionar de modo inteligente e incluyente los recursos naturales mundiales. Agua, alimentos, energía y clima reclaman una gobernanza global y regional mucho más inteligente en su acceso y calidad, ineludibles para la supervivencia y el crecimiento humano.
Asimismo, considera que las innovaciones tecnológicas están produciendo velozmente transformaciones radicales en la estructura económica y social.
Finalmente, explica que vivimos en un constante estado de contradicción y un aumento significativo de la tensión entre lo viejo y lo nuevo. Hay una crisis económica y financiera muy prolongada, que hace muy evidente la enorme desconexión entre el mundo financiero y la economía real, cotidiana, de las mayorías.
En ese contexto, ¿será posible que los emprendedores mexicanos puedan contribuir con su gran potencial de innovación a la reconstrucción de un México sostenible en términos de energía, agua, sistemas alimentarios, industriales, urbanísticos y de transporte, como sociedad incluyente?
La reforma energética en nuestro país deberá rendir cuentas claras. La calidad del agua, la eficacia alimentaria del futuro, así como la seguridad y funcionalidad del transporte público son otros grandes retos.