Inicia el 2014. Innumerables son los paradigmas y perspectivas para reflexionar sobre el pasado. Pocos saben vivir en el presente, pero muchos sueñan con un futuro mejor.

Un alentador repunte de la economía mundial en el corto plazo, en el marco de un vertiginoso tránsito hacia una nueva conformación de valores para el mundo, es el pronóstico del director general de Deusto Business School, Manuel Escudero. Este estudioso del cambio social y experto en gobernanza ofrece un alentador porvenir, a partir de lo que denomina: un nuevo paradigma mundial.

Anuncia que, de no producirse nuevos sobresaltos en EU, China o Europa, hacia mediados del 2014 se comenzará a generar empleo, revirtiendo la tendencia actual, pero será hasta el 2015 cuando veremos una reducción significativa del desempleo. Con el vertiginoso movimiento del siglo XXI -argumenta- evolucionará ese nuevo paradigma como sostenibilidad global.

Los valores -dice- surgen porque la nueva realidad los demanda. Más que una época de cambios, vivimos un cambio de época, propiciado por cuatro grandes tendencias.

Pérdida de poder del Estado, fragmentado ante problemas cuya solución sólo encuentra respuesta a nivel supranacional, provocando que las empresas globales ganen supremacía. Adicionalmente, el ciudadano, a través de las redes sociales, aumenta su influencia deslegitimando a la política y a la economía; al tiempo que crea nuevos estados colectivos de conciencia y se moviliza masivamente.

Urge gestionar inteligentemente y en forma incluyente los recursos naturales mundiales. Agua, alimentos, energía y clima reclaman una gobernanza global y regional mucho más eficiente.

Considera que las innovaciones tecnológicas producen transformaciones radicales en las estructuras económica y social. Nosotros añadimos que la tecnología industrial está cambiando -también radicalmente- la forma en que interactuamos con el mundo.

Explica que vivimos en un constante estado de contradicción y aumento significativo de la tensión entre lo viejo y lo nuevo. La desconexión entre el mundo financiero y la economía real es severa.

Reformas y la era del presidente Enrique Peña

Coincidimos con Joseph H. L. Schlarman, autor de México, Tierra de Volcanes: la estructura política mexicana -desde tiempos de Benito Juárez- ha quedado muy lejos de representar el sentir del pueblo. México no ha disfrutado de una época de reforma social que provoque gradualmente un crecimiento generalizado. Ha sido víctima de altas y bajas violentas en el terreno social, provocadas por intereses antipatrióticos de quienes han detentado el poder.

El porvenir no avizora progreso, seguridad ni felicidad para todos. La desdicha y el fracaso persiguen a la mayoría de los mexicanos, a más de 200 años de la Independencia.

Fue Agustín de Iturbide, Libertador de México, quien con motivo de la gloriosa entrada del Ejército Trigarante a la ciudad de México, el 27 de septiembre de 1821, sentenció: “Ya sabéis el modo de ser libres; a vosotros toca señalar el de ser felices”.

De poco servirán tantas reformas logradas en este primer año del sexenio si, en lo social, la felicidad no llega a las vidas y los bolsillos de la mayoría de los mexicanos.

Mientras tanto, esta columna les desea un mejor año nuevo.